MISA CONCELEBRADA EN HONOR A LA PURÍSIMA EN INIFOM.
Con una misa concelebrada amenizada con cantos y música de un coro parroquial, en medio de aroma de rosas e incienso y con un altar precioso en honor a María Inmaculada, concluyó el novenario de la Purísima en el Instituto Nicaragüense de Fomento Municipal (INIFOM).
Ese tierno y delicado homenaje a la Madre de Dios unió aún más a este colectivo de servidores públicos, pues con mucha unidad se celebró el rezo diariamente y mediante el trabajo en equipo también se elaboró el regio altar en que María está en medio de un jardín de rosas y claveles, sin faltar las flores de época como las pastoras rojas y amarrillas y esas florecillas blancas denominadas pañales de niño.
El rostro enternecedor de María con sus finas manos en el pecho parecía sonreir a los que la homenajeaban y participaban en la Santa Eucaristía concelebrada por los sacerdote Carlos y Juan Pastor Lozano, quien dicho sea de paso son primos hermanos.
Durante el mensaje bíblico, el sacerdote Juan Pastor Lozano, explicó a los presentes el gran amor de Dios por los hombres, basándose en la parábola de la oveja perdida, en la que Jesús relata como un hombre dueño de cien ovejas al perdérsele una, deja a las 99 restantes para salir a buscarlas y su gozo al encontrarla.
Al finalizar la misa se procedió al rezo del último día de la Novena, “Candor de la Vida Eterna” en medio de cantos y alabanzas como: Por eso el cristianismo, Tu Gloria, Tu gloria ambos compuestos y musicalizados por Alejandro Vega Matus de Masaya. Otras entonaciones fueron: ¡Oh Virgen de Concepción!, Virgencita incomparable, Dulces Himnos, estos de la época colonial, como lo son la mayoría.
Y como se esperaba, el brindis fue de lo mejor. Inició con un vaso lleno de refrescante chicha rosada, seguido de matracas, maracas, escobitas, pitos, indios, yoyos, boleros, canastitos con frutas, un guacal con nacatamal, y una bandeja de palma con dulces purisimeros (huevo chimbo, coyolitos, gofios, cajetas de coco rosada y negra , alfeñique, leche burra y caramelos rayados)
La fiesta mariana concluyó con alegría al igual que como comenzó, con el grito de ¿Quién Causa Tanta Alegría?
