Dulces de temporada en “Tradiciones de Mi Tierra María Belén”, un negocio familiar jinotegano
A la fantasía de la ornamentación navideña en Jinotega, se le añaden los olores a canela, anís, nuez moscada , jengibre a mieles de dulce de rapadura y azúcar que emanan los talleres que preparan las golosinas para el brindis de La Purísima. “Tradiciones de Mi Tierra María Belén” es uno de ellos.
En los fogones, retumba el contenido de los peroles en la fusión del agua y dulces de rapadura y especies aromáticas que retozan hasta convertirse en las delicias en el que el protagonista es el gofio.
Si el gofio es el rey esa rica mezcla de dulce -de tapa o de rapadura o atados como llaman los norteños- con pinol. También le denominan “pinolosos”, diciembre es el mes especial para saborearlo.
Otros dulces en que están afanadas las jinoteganas para ofertarlos y con muchos años de historia son los coyolitos cuyos componente son el dulce, banano y tamarindo, hay otros más.
El dulce, la canela, leche, son los ingredientes más comunes que se encuentran en estas dulces tentaciones jinoteganas.
Las recetas de estas cajetas se han conservado de generación en generación señala Carmen Marina Altamirano propietaria del negocio “Tradiciones de mi tierra María Belén” quien elabora ocho variedades de dulces como son cajetas de coco negra y rosada, de papaya, de leche, zanahoria, pirulí, coyolitos, gofios y churros de maíz.
Este negocio permite empleo a familiares de Carmen Marina quienes le apoyan en el meneo de los peroles en el fogón, a partir los dulces, a contarlos y empacarlos y a atender a la clientela, señala.
En este taller dulcero, los clientes pueden observar cómo se elaboran las golosinas, hacer encargos o comprarlos de inmediato. Dirección frente al portón principal de la alcaldía.