UNA DEUDA PERMANENTE CON JESUS DEL RESCTAE, DICE NONAGENARIA DE MASAYA

Los masayas alegres y con fe rumbo a Popoyuapa

Dios les acompaña  en ida y regreso

Gobierno los asiste con alimentos, médicos,  medicina y seguridad

Una promesa es deuda dice un adagio popular. Es un compromiso de honor. Esto se cumple  con doña María Suazo; su fidelidad  es permanente con Jesús del Rescate desde que hizo  una promesa, apenas era una niña. Hoy  a sus noventa abriles participa con alegría y fe en la legendaria romería que a través de las carretas peregrinas la llevan al Santuario Nacional de Popoyuapa a pagar  por favores celestiales recibidos.

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Era una niña cuando hizo la promesa

La nonagenaria es parte de las cienes de familias de Masaya que van a bordo de ochenta carretas peregrinas; todas llenas de fe marchan para pagar la promesa que ofrecieron al Señor del Rescate.

Y este acto de fe es apoyado por el alcalde del Poder Ciudadano de Masaya, quien entregó paquetes alimenticios a las familias penitentes para que los consuman a lo largo del camino.

Recuerda doña María que su devoción a Jesús del Recate se remonta a muchísimos años, estaba aún niña cuando inició este recorrido con su mamá; lo reeditó con su marido. Éste le pidió que no olvidara nunca a Jesús del Recate, es más, antes de morir le dejó dos yuntas de bueyes y una carreta.

No obstante, cuando se trasladó del campo a la ciudad ( Masaya ), vendió la  herencia que le dejó su marido, pero eso no le impide viajar y para ello alquila su medio de transporte, siempre la tradicional carreta.

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Dola María Suazo sale de la casa del mayordomo de las carretas peregrinas en Monimbo

Todos los peregrinos van en esta travesía de ocho días a cumplir su palabra o bien la de familiares fallecidos, todos unidos en un solo corazón, acompañados Dios y de nuestro gobierno quien garantiza la seguridad, médicos y medicinas para atender a los promesantes en caso de emergencia.

Mientras las carretas con su crujir de llantas pisan el asfalto, las familias, van llenos de fe, y amor, blandiendo banderas y diciendo adiós a la Ciudad de Las Flores, con la seguridad y fe en  que dentro de ocho días, después de haber cumplido la promesa estarán en sus hogares disfrutando por el deber cumplido y preparándose para la travesía del 2019, Dios mediante.