Casas maternas” son la luz y esperanza, dicen protagonistas de Madriz y Nueva Segovia
Agenda para el desarrollo estratégico quinquenal:Continuar fortaleciendo casas maternas
*En 2007 el Comandante Daniel y la compañera Rosario orientaron a gobiernos locales construir casas maternas. Hoy son 178
*Casas maternas; avance en restitución de derechos de mujeres y niñ@s
*Estrategia para la descenso de mortalidad materno -infantil
*Albergan a embarazadas de lugares muy lejanos con difícil acceso
*Protagonistas llegan 2 ó 3 semanas antes de dar a luz o, se anticipan por riesgos obstétricos
Flor López espera tranquila, “estoy sosegada, aguardando para aliviarme de los gemelos que vienen. Mejor atendida no puedo estar, no me hace falta nada,” apunta mientras se mece en una silla en la casa materna de Somoto desde donde la trasladarán en cuestión de horas para que dé a luz por medio de cesárea en el hospital local.
Y así como Flor, muchas protagonistas gozan de los beneficios de las casas maternas “son la luz y la esperanza de las mujeres”, indica Gilma Aguilera quien con 37 semanas de embarazo llegó a ese centro procedente de la comunidad Santa Emilia a ” esperar a que se dé el momento” expresa.
Flor y Gilma comparten que allí tienen todas las comodidades desde cuidados médicos, alimentación, muchos consejos prácticos, y actividades de entretenimiento.
“Aquí estamos en reposo, porque en nuestras casas sobra que hacer y ya cuando uno está en los últimos meses tiene que descansar, vivimos en lugares distantes y una complicación atenta contra la vida de uno y el niño” interviene María del Carmen López de la comunidad Los Llanitos jurisdicción de San José de Cusmapa.
“Tenemos buen cuido, camas cómodas con mosquiteros, alimentación, charlas educativas, aquí estamos seguras porque lo están chequeando a cada rato, lo que no sucede cuando vamos a posar para no parir en el monte. Cuando llega la hora lo trasladan a uno al hospital para aliviarse ”, añade Eylin López de la comunidad El Paraisito
En los controles prenatales en los centros o puestos de salud de las comunidades, las mujeres están advertidas de los riesgos y complicaciones en el parto, por eso el Comandante Daniel y la compañera Rosario propusieron en el año 2007 que cada alcaldía construyera una casa materna en alianza con el MINSA; cada instancia en su campo.
A la fecha han florecido 178 casas maternas donde se albergan y atienden embarazadas antes, durante y después del parto. Las remiten de los puestos o centros de salud o bien por parteras comunitarias que aconsejan acudir a esos lugares urbanos. En el 2,016, cincuenta y cuatro mil mujeres, llegaron a esos hogares sustitutos dos o tres semanas antes de dar a luz.
Protagonistas de zonas rurales remotas de Ocotal, Pueblo Nuevo, Yalaguina, Palacaguina Condega y Somoto cuentan sus experiencias. En general , dicen que esos centros son una bendición porque allí se está a gusto, no se puede pedir más por lo bien que son recibidas y atendidas durante su estadía.
Todas las casas maternas cuentan con amplias habitaciones, mosquiteros, estancia de descanso, cocina, comedor, baños, servicios higiénicos, áreas de enfermería, ultrasonidos y un lugar propio para asear al bebé después de haber sido dada de alta en el hospital.
En Ocotal, una amplia casa dotada de grandes y anchos corredores llenos de plantas y un regio patio nutrido de inmensos helechos, alberga a protagonistas en estado de buena esperanza.
“Luz y vida”, fue el magnífico nombre con que fue bautizado ese centro donde Maritza Matute fue traslada en ambulancia desde la comunidad Roberth jurisdicción de Murra, “tenía problemas de presión” y eso es grave para una persona embarazada, dice Alba Luz Laínez, acompañante de la primera.
Esa casa materna de referencia departamental tiene capacidad para acoger a 20 embarazadas; entre su personal destacan dos enfermeras que se turnan día y noche; éstas miden la presión, y temperatura tres veces diario y también auscultan lo que se denomina “foco” para escuchar las las palpitaciones del bebé. La dieta se rige por un menú basado en alimentos nutritivos, que varía semanalmente.
No importa el número de personas alojadas, sea una, dos, o veinte que estén en la casa reciben la misma atención; se les apoya con terapia ocupacional para que se entretengan.
Se les instruye en la preparación de alimentos aprovechando lo que cultivan en el patio de la casa materna, al uso de hierbas en ensaladas, sopas, te, o tisanas; se les motiva a hacer lo mismo una vez que retornen a sus hogares para que la madre y resto de la familia se nutran correctamente.
Al ambiente campestre del patio se añade un horno en forma de cúpula y recién se creó un gallinero por si acaso las protagonistas se quieren entretener tirándoles granos o uno que otro pedazo de masa o tortilla a las aves.
Reciben terapias de relajación y ejercicios acorde con el estado de gestación y preparatorios para el parto; las protagonistas gozan de actividades educativas que le permiten fortalecer sus habilidades para la vida diaria
Mamás canguro
Destaca entre otro apoyo de esa casa, la atención especial a las mamás canguro, así se le denomina, cuando su niño nace con bajo peso; una vez que alcanza los 2,500 gramos y se le aplica la vacuna BCG para protegerlo de la tuberculosis se les da de alta y se les traslada a su comunidad de origen.
En Yalaguina, cuna del General Santos López, la casa materna frente al parque central Rubén Darío albergaba en ese momento a la joven Norelin Reyes, fue remitida por el puesto de la salud de la comunidad La Esperanza por preeclampsia moderada que es una condición grave que afecta a algunas embarazadas.
Norelin – a quien le faltan dos semanas para la fecha probable de parto – permanecerá en la casa materna donde esta en reposo con chequeos constantes de médicos y enfermeras. Dice sentirse muy agradecida porque “estar allí es como un hotel, nada le hace falta a uno, hay atención médica y alimentación”.
La casa materna Carmencita Morales en Pueblo Nuevo ocupa un lugar cercano al hospital primario; este año será sujeta a ampliación. A la fecha se han atendido 123 embarazadas; las encargadas señalan que los meses de mayor demanda son septiembre, octubre y noviembre.
Francisca Umanzor habitantes de la comunidad de Los Calpules, acudió a la casa materna hace dos días; el diagnóstico de preeclampsia lo requería. No dudó cuando en la consulta médica del puesto de salud le advirtieron la necesidad.
Estar en la casa materna en Pueblo Nuevo le da seguridad, máxime que están cerca del hospital primario Monseñor Julio Videa; además permite la convivencia con otras que están en período de gestación, “todas recibimos una atención excelente, nos toman la presión tres veces al día y más a las que lo requieren” y también palpan el vientre para escuchar el corazón del niño, dice.
Nidia Vanessa Hernández tiene once días de estar en la casa materna; acudió porque fue alertada de la posición fetal del bebé; “está atravesado y aquí me van a estar examinando”, “es mejor prevenir”, sentenció.
Hace un año Daysi Francisca Morales de Los Atillos mal logró su parto, por eso hizo caso en atender los consejos que le dieron en el puesto de salud, “venir a la casa materna y esperar aquí en momento”. Fue trasladada por una ambulancia desde su comunidad.
El municipio de Palacaguina cuenta con una bonita casa materna cuya entrada principal está surcada de eras para el huerto que provee a la casa de algunas hortalizas y plantas medicinales. Realizar algunas faenas en el mismo es una forma de terapia ocupacional para las embarazadas.
Las futuras mamás también reciben clases de cocina; en los próximos días se les instruirá en decoración de pasteles y tejido; normalmente hacen un gorro o un par de zapatitos para el bebé que esperan.
María Isabel López es originaria del Riito, dice que la casa es super cómoda, lo que supone, estar mejor que en su hogar, “reposamos, pero también nos levantamos para no tullirnos, cooperamos cocinando y ayudando a hacer los murales, así no nos aburrimos”
Janeth Ileana Gutiérrez de 22 años y madre de dos niños es originaria de La Pazuela, añade que en la casa materna todo es paz y tranquilidad, ideal, para su estado “porque tengo que estar en reposo por amenazas de aborto”, por eso doy gracias a Dios y al gobierno por contar con este centro acogedor, admitió.
En el municipio de Condega, la casa materna “María de la Cruz García” también asegura bienestar a las protagonistas, su capacidad es para diez pacientes; a septiembre habían asistido 161 mujeres gestantes. María Mariví Castillo es una de ellas, originaria del Robledalito, jurisdicción de Telpaneca.
Comenta sobre las comodidades de presta la casa materna “hay cuido especial, atención de enfermería y de ginecólogo”.
La estadía de la casa materna se torna acogedora por el cariño que reciben del equipo de apoyo, por las capacitaciones que reciben para el post parto sobre todo lo que tiene que ver con la lactancia materna y la alimentación de la madre.
Y así en todo el territorio nacional, los gobiernos locales en responsabilidad compartida con el MINSA de la localidad y en alianza con las parteras apoyan este esfuerzo del gobierno presidido por el Comandante Daniel y la compañera Rosario, de reducir la mortalidad materno infantil, al remitir a las embarazadas a las casas maternas.
La Agenda para el desarrollo municipal (2018-2022) contempla seguir fortaleciendo la atención de las casa maternas en alianza con el MINSA ; es decir ampliar su capacidad, construir nuevas infraestructuras, modernizar los diversos espacios como salas de labor y parto, dotarlas de equipo y personal para la atención oportuna a las protagonistas con chequeos regulares y nutrición.
Las embarazadas seguirán aumentando sus capacidades a través de charlas educativas y motivadoras en valores, autoestima, lactancia materna, planificación familiar y también en el desarrollo de destrezas para motivarlas al emprendimiento.