ALTAR INIFOM: LA VIRGEN EN LA TIERRA DE LAGOS Y VOLCANES

María, Dueña y Señora de todo lo creado

Un diseño alegórico a Nuestra Tierra de Lagos y Volcanes, calcado en un inmenso telón, es uno de los motivos que destacan en el altar a la Inmaculada Concepción que propone el INIFOM.

Se trata de una pintura de cinco módulos donde figuran los Volcanes Momotombo y  Momotombito asentados en el Lago Xolotán, bellezas naturales creadas por Dios, de los cuales La Virgen María es dueña y soberana y a quien la religiosidad popular implora ante las inclemencias naturales como medianera del Altísimo.

Los colosos y el regio cuerpo de agua lucen solemnes rodeados de un cielo completamente estrellado, mismo que ilumina la capilla de cuatro ventanales rematados por arcos de medio punto; dos son vitrales esculpidos con un par de ángeles en actitud de reverencia, uno a cada lado de la Virgen que es la figura principal de la composición.

 

Los otros dos ventanales de la capilla, traslucen el  paisaje Nicaragüense. El portal de entrada, está delimitado por dos columnas estilo dórico que sostienen una semi cúpula de vitral que durante el día permite la entrada de luz natural hacia la imagen de María Inmaculada que luce con sus manos cruzadas en el pecho con la vista elevada y su rostro enternecedor, suave, tranquilo, sereno.

Otros elementos de la escena mariana son dos escalinatas medianas forradas, una a cada lado de las columnas donde se alzan  expresiones de nuestra raza que lucen trajes del folklore nacional.

Una indita muestra el vestido blanco con listones de variados colores, cuya enagua levanta graciosamente. Al otro extremo una orgullosa pareja luce el vistoso ropaje de seda del Mestizaje. Acompañan estatuas de barro que semejan esbeltas mujeres que erguidas sostienen canastos de frutas sobre sus cabezas.

Otros elementos integradores de la cultura nacional adornan el altar de la Virgen, tales como bandejas de canastas tapizadas con  maracas, sonajas, chischiles, matracas, muñecas, máscaras y una gran variedad de artesanía de nuestro pueblo que sale de las manos de nuestros artesanos tradicionales en la celebración Mariana.

En medio de grandes maceteros con flores de la época y veraneras, se aprecian carritos y caballitos de balancines de maderas al natural adornadas con pinceladas de anilina; abordo van muñecos y muñecas. Se añaden  dos gigantescas maracas y matracas, así como marimbas -reinas del folklore – lo mismo que guitarras y abanicos de palma.

La baranda está rematada con gigantes canastos que como un gran collage luce toda nuestra colorida artesanía. A un extremo está la gigantona que parece esperar los tambores de los copleros para echarse a bailar.